Sin nos planteamos cómo solemos mostrar desaprobación a nuestros niños o nos planteamos cómo nos la mostraron nuestros educadores cuando nosotros éramos pequeños, nos encontraremos con una serie de acciones. Castigos, caras de enfado, algún cachete o un “No, no,
Dice S. Covey en Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva que “todo comienza con un fin en mente” y decía Séneca que “no hay viento favorable para quien no sabe a dónde va”. Una vez que hemos hecho
Si echamos un vistazo a las distintas campañas de la Federación de Ayuda contra la Drogadicción podemos ver una evolución en el modelo de comunicación. De las campañas de los primeros años se puede extraer un mensaje claro: la droga
En muchos casos lo que lleva a una persona a iniciar un proceso de cambio es una situación de la que quiere salir. Puede ser una situación conflictiva en el trabajo lo que nos lleve a cambiar de trabajo o
Érase una vez una ciudad habitada por pozos. Los pozos se comunicaban como en el resto de ciudades del mundo: superficialmente. En el caso de esta ciudad de pozos, los habitantes lo hacían de brocal a brocal. Algunos pozos se
Érase una vez un perro vagabundo. Era un perro acostumbrado a malvivir, tanto que era lo único que conocía: dormía a la intemperie, andaba entre basuras, apenas si comía y no recibía cariño de nadie. Un día el perro pasó
En un pequeño pueblo de la costa un niño caminaba por el paseo junto al mar. Su paseo se detuvo ante la imagen de un anciano que, desde la barandilla del paseo, mantenía su vista fija hacía un punto de
Cuenta la leyenda que había un peregrino que hacía el camino de Santiago. En una de sus jornadas decidió hacer una pausa junto a una cantera. Mientras descansaba observó tres canteros que hacían el mismo trabajo, ¡el mismo trabajo!, mientras su
Un día, el maestro reunió a su discípulo y le pidió que preparara el viaje. Ambos hicieron el equipaje y comenzaron su andadura. El discípulo esperaba ansioso el momento en que su maestro le propusiera la prueba final. Un día,
Probablemente una acepción menos conocida de ‘Inteligencia Emocional’, a menos a pie de calle, es la que aportó Daniel Goleman en 1995, quien destacaba la relevancia de ella por encima del CI (Cociente Intelectual, resultado de un